No spoiler, no nada, solo cabreo de un lector que disfrutó con La Selección, (señores, que para mí "la selección" no son esos que le dan patadas a un balón y organizan orgías) ganándose así el desprecio social al gustarle un libro que no iba acorde con los cánones impuestos a una persona que no es menor de edad y que no tiene que mear sentado.
La corona, ese vacío legal en la buena literatura juvenil